miércoles, 26 de noviembre de 2008

La mujer ideal


En mi mundo no existe la perfección, simplemente porque nada es perfecto, ni en mi mundo, ni en el tuyo, ni en el de nadie. La mujer perfecta no existe porque tampoco existe el hombre perfecto. Pero, si comenzara a describir a mi mujer ideal, sería así. Mi mujer ideal en primer lugar está llena de pasión y tiene que ser capaz de ser una Courtney Love en todo sentido de la palabra. Tiene que ser tan apasionada que debe ser capaz de seguirme por todo el mundo sólo para llevarme a la cama y enamorarme. Debe ser una mujer llena de vicios, o si no sería fome. Tiene que encantarle fumar cigarrillos, y no debe molestarle el hecho de que yo prefiera el alcohol antes de una cita romántica. No me molestaría para nada que fumase algo para la mente, al contrario, me encantaría que lo hiciera porque me cargan las mujeres histéricas. Debe tener sus arranques artísticos obviamente, me importa poco si es ingeniera, doctora, cantante, escritora o actriz, con lo que yo ganaré no pasaríamos hambre. Debe estar loca, porque yo aburro a todos y si es una mujer normal no me soportaría ni un día. No debe ser espectacularmente hermosa, porque yo soy un tipo feo, y si es espectacularmente mina, me pasaría cagando. Debe vestirse de forma casual y no ser tan producida porque la belleza se nota mucho más en la simpleza de las cosas o ¿acaso no saben que la mona aunque se vista de seda, mona se queda?. Debe estar loca, desordenada, no preparar nada, no pensar en nada, deberá tolerar mis múltiples personalidades, y si llegamos a tener un hijo, deberá tolerar que sea un mal padre y estar preparada para ser una buena madre, porque ahora tendría dos hijos en vez de uno.
Ah, y que por favor, lo más importante, me quiera dar un abrazo como si no fuese a dar ninguno nunca más, como si nadie le hubiese enseñado a abrazar, como si nunca hubiese dado uno, como si no me quisiera dejar ir y como si me quisiera echar, como si me quisiera drenar, cuando pase eso, no debe dudar en contratar a sus ex novios para intentar asesinarme o si no, debe incitar a que me drogue tanto hasta morir de alguna sobredosis.-

1 comentario:

Rosario dijo...

Esa mujer que anhelas, en ese sentido, es idealmente perfecta en su imperfección.
Me gustó el escrito primo, besitos.